Por Julie Sopetrán
Guadalajara, España, agosto 13, 2025 – Podemos imaginar a un niño con su globo, se le ha escapado de las manos y algo multicolor flota en el aire, es un globo que puede tener múltiples colores. Pero el globo, lo global, el glóbulo y la globalización ¿tienen algo que ver? Es sin duda, una palabra moderna nacida, seguramente, en un foro con pequeña audiencia. Aunque comenzó siglos atrás con los descubrimientos, los viajes, las comunicaciones. O también es el resultado abstracto de alguna convención pensada para imaginar el futuro de la humanidad.
El gran lema del foro económico es: La globalización es la única vía para acabar con la pobreza en el mundo y la globalización es algo inevitable porque es la suma del progreso técnico. Y sin embargo creo que todavía hay mucha pobreza, mucha gente marginada, mucha necesidad de integración en nuestras sociedades. Pero “Cuánto más crece esta globalización, más ganan los ricos y peor están los pobres, y bastaría orientar el progreso técnico hacia el interés común, social pensando en todos, para organizar otro mundo más justo.
Y eso que no traemos a nuestro cielo los globos del tráfico de armas, de la droga, de los inmigrantes, niños, prostitución… mercancías que se pagan al contado o a plazos, mercado nacional, mercado mundial, todo gira entre los intereses creados y es así como crece el gran globo de la economía. Economía de mercados y competencias.
Hoy, en España, vemos cómo el poder público, la justicia, no actúa bien con el más pobre, vemos en programas de televisión, cuánta gente inocente hay en las cárceles y no pueden salir porque no tienen dinero, sin embargo, vemos también cómo grandes estafadores están ya en la calle en libertad provisional, sin haber pagado la condena necesaria y sin haber devuelto el dinero de la estafa al país. Los aforamientos también son globalización. Nos hemos olvidado que en el trueque primitivo, había algo indispensable como es el saber compartir. Los avances de la ciencia, el bienestar, los descubrimientos y tecnologías han transformado las economías, la revolución industrial ha llevado demasiado lejos a lo tecnológico de acuerdo con lo institucional.
Falta por ver el resultado de un globo inflamable: internet. Los gobiernos y los grandes inversionistas son los que tienen el globo en sus manos. La Inteligencia Artificial, esa ausencia de control nos desconcierta, nos asombra, nos vuelve más ignorantes a la mayoría y es el asombro en la sombra de esos grandes globos sobre nuestras cabezas, las cabezas de la masa candente que también piensa y además sufre en silencio. Las riquezas se concentran en un solo poder económico. Y el globo así se convierte en bomba. Hay que conocer las redes, los hilos que nos mueven por tierra mar y aire. Lo global debiera ser “común a todos” pero no es así, no estamos liberados del hambre, del dolor, de la destrucción masiva, de tantas cosas más que nos asombran.
Tendría que ser un mundo para todos, porque el globo terrestre es de todos. La manipulación de mercados no puede llevarnos a un bien común. El fundamentalismo del pensamiento único sólo puede aportarnos desigualdad e injusticia. El futuro no está en los mercados, está en Africa, en ese Tercer Mundo, todavía virgen, que espera más solidaridad, más acercamiento del que puede y no quiere. El futuro, sin duda, está en los países más pobres. En la América más pobre, en la más indígena. La globalización nos lleva al desastre, a matar por matar, la muerte de inocentes es el resultado de lo abismal, la tierra es testigo de lo que hacemos y si no tomamos conciencia, la misma tierra, el globo hinchado de injusticias nos terminará destruyendo a todos por el gran mal que es el egoísmo humano.