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August 24, 2025

España y su imagen: Pequeño análisis de una mujer del campo

Por Julie Sopetrán

La idea de España, es casi siempre errónea fuera de España. Pero esto pasa igualmente con otros países, con Estados Unidos, con México, con Francia… Nombramos un lugar y casi siempre lo identificamos con el pasado o con lo poco que nos han contado de él. A España se la identifica con el imperio que fue. En la América española, si hacemos un análisis de los grandes defensores y aquellos otros que no lo fueron tanto, conocemos desde Américo Castro, pasando por Simón Bolívar y los libertadores, Francisco de Miranda, Hernán Cortés, Madariaga… entre las muchas y diferentes interpretaciones de la idea de España.

Los tópicos, los estereotipos, las frases desafortunadas, la ignorancia o la falta de interés por los símbolos que son los que elevan el mito… Son tantas cosas que terminan en verdades a medias o mentiras mediocres. Si hablamos de los toros, del flamenco, de los reyes tontos que tuvo España, de las guerras, la guerra civil por no hablar de otras,  el temperamento, la leyenda negra, García Lorca, Franco, Jaimito…

Las grandes contrariedades y la suculenta envidia entre los mismos españoles, es algo que merecería capítulos aparte. Pero España fue siempre esa gran dama europea, sí, pero independiente, que supo salir airosa de todos sus trances. Porque España aún siendo machista es muy femenina en el contexto de Europa, es muy madre.

Sí. Le costó a España acostumbrarse a vivir sin dictaduras, como le cuesta a una mujer ser mujer sin la familia que constantemente le diga y  la aconseje lo que tiene que hacer a cada paso que da desde siglos.  España ha sabido verse sola frente a Europa y esto ha causado admiración por algunos y censura por otros.

La democracia ha tenido su lugar en España, y empezó a ser ella misma con Adolfo Suárez en la Transición. No se deja manipular ni tampoco inventar. Sufre sus malos gobiernos y conoce los abusos del poder, conoce muy de cerca el terrorismo y sabía muy bien hacia adonde iba.

Pero cuando España parecía que  caminaba por la senda adecuada, de la democracia, de la economía, mira por donde surge el conflicto que ha puesto al mundo patas arriba. Como diría Marshall Berman citando a Marx, “Todo lo que es sólido se desvanece en el aire”.

Y ahora que tenemos que enfrentarnos a los conflictos, España vuelve a sacar su fuego, su pandereta, pero no precisamente para bailar flamenco sino para poner a cada uno en su sitio. Todavía no ha terminado la Guerra Civil, ahora salen otra vez las luchas entre comunistas, socialistas y ¿centristas? PODEMOS, PSOE, PP y VOX.

¿Pero quién dijo dos partidos? España lleva en su seno la semillas de múltiples identidades, nacionalistas, catalanes, vascos, gallegos… localistas de primera línea, individuos que se hacen dueños de la verdad y el absolutismo, y son más papistas que el Papa, yo diría, dictadores a manta. Porque eso sí, España es, “la variedad” como diría el gran Blasco Ibañez, valenciano, la diferencia, haciendo eco al slogan “España es diferente”.

España sigue siendo Carmen, la de Merimée, pero el callejón de El Gato, es un callejón sin salida. La virtud del español es que no se acongoja, por eso, porque sabe darse la vuelta y encontrar otras salidas. Los españoles sabemos que África no comienza en los Pirineos. Que estamos en esa zona intermedia del caos que es donde la luz derrama todos sus colores.

Los franceses siempre se han considerado más listos, más elitistas, se quedaron callados cuando el Inglés se estudiaba en las escuelas en lugar del Francés y cuando Estados Unidos decidió afincar Disneilandia en su territorio.

Víctor Hugo decía que “España es todavía el Oriente; España es medio africana y África es medio asiática”. Y Stendhal, en 1831, que decía “Sangre, costumbres, lenguaje, modo de vivir y combatir, en España todo es africano. Si el español fuera mahometano, sería un africano completo”. Chateaubriand aseguraba que el español es un “árabe-cristiano”. Viajes muy pasajeros de escritores franceses han estereotipado a España como les ha convenido, pero todos sabemos que hay otra España que no es esa del harén andaluz.

¿Pero qué imagen tiene el estadounidense, o el americano de nuestra España? Tan variada como desconocida.  Recordemos aquella maravillosa película: “Bienvenido Mr. Marshall”. La España moderna ha terminado con todos los tópicos, incluido el “hispanismo”. El hispanismo basado en el pasado que no tiene que ver nada con la España actual, vinculada a Europa, y más aún a Estados Unidos y América latina con vistas a un proceso cultural y económico sin límites.

Pero esto incluso, es mal entendido en España y fuera de ella. Aunque a España le queda todo por hacer, tanto en América como en Europa. Como decía antes, España es esa mujer nueva, liberada, incluso erótica, que empieza a vislumbrar sus propias condiciones y cualidades para trabajar en un futuro mejor del mundo, tanto en el ámbito humanista como en el económico. ¿He dicho económico? Aquí sí habrá que pedir permiso a Trump.

España es como una mujer llena de hijos crecidos, una mujer trabajadora que puede aportar experiencia y conocimiento al mundo. Y eso lo saben muy bien Francia y Alemania, también Rusia y China…  No hace mucho se celebró en el Casino de Madrid, un ciclo de conferencias titulado: “España cómo nos ven, cómo nos vemos” Allí se discutió la imagen de España en el exterior, el concepto de nación, la imagen romántica de España, los mitos, los tópicos, la ciudadanía…  Se sabe que España tiene todavía que aprender mucho de América, y España lo sabe, lo supo con Aznar y Zapatero, ahora lo ignora con Pedro Sánchez…

Hay muchas envidias distendidas por Europa, muchos factores que erosionan la soberanía de los Estados. (189 en Naciones Unidas). Es por ello que hoy más que nunca, se cuida la imagen. Y a España ya no le preocupa tanto como la ven otros. Hoy en Europa se vive una oleada de antiamericanismo que está nublando la capacidad de ver, de análisis, trastocándose así el sentido moral de esa identidad mal interpretada. Ser “anti” lo que sea es ser algo, a veces, muy  irrazonable. Y podemos poner el mundo al revés si nos guiamos por exaltaciones políticas que están haciendo propaganda falsa. Así es como surge la triste crítica del ” y tú más”.

Por ejemplo, en Francia, el antiamericanismo “fue incitado por la extrema derecha en la entreguerra. Y por la izquierda después de la segunda guerra”. En España recordemos que Franco era aliado con Estados Unidos y eso a las izquierdas le sentó muy mal. En Estados Unidos no se tiene muy en cuenta el origen y el nacimiento, ahora es un país de emigrantes, en Europa si, y eso es a lo que lleva ser anti, porque la iglesia Católica enseñó que “cada cual debe tener lo que es justo que tenga” y no lo que los otros le dan a cambio de su propio trabajo o de su inteligencia… Esto Europa todavía hoy no lo ha comprendido muy bien. Aún así España es diferente, y España con Pedro Sánchez a la cabeza, no sé si habrá aprendido o lo sabe muy bien que uniéndose a Francia y Alemania, a la vieja Europa, seguiría encasillada en ese callejón de El Gato sin salida, del cual ya hablamos antes.