Washington, 24 may (EFE).- El presidente de la Cámara Baja de Estados Unidos, el republicano Kevin McCarthy, presionó este miércoles a la Casa Blanca para aceptar una reducción del gasto público a cambio de elevar el techo de deuda.
“Hay que gastar menos que el año pasado”, dijo durante una rueda de prensa en el Capitolio.
El asunto se ha convertido en uno de los principales focos de discordia en las negociaciones para elevar el techo de deuda, que se alcanzó en enero y amenaza con abocar al país a una suspensión de pagos si el Congreso no acuerda elevarlo o suspenderlo en los próximos días.
Los republicanos quieren reducir el gasto a niveles del año fiscal 2022, mientras que la Administración del demócrata Joe Biden ha propuesto congelarlos en niveles actuales.
El líder de la minoría progresista en la Cámara Baja, Hakeem Jeffries, ha señalado que estaría dispuesto a considerar la congelación del gasto en niveles del año fiscal 2023, aunque de momento nadie en el lado demócrata ha aceptado una reducción del gasto público.
McCarthy confirmó que, de alcanzarse un acuerdo, dará 72 horas a los representantes de ambos partidos para estudiarlo antes de proceder con la votación, lo que estrecha todavía más el margen para evitar un impago.
Según el Departamento del Tesoro, la primera economía del mundo podría dejar de pagar sus deudas el 1 de junio, una estimación que confirmó hoy la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, durante un foro organizado por The Wall Street Journal en Londres.
Hasta ahora, el país ha estado recurriendo al dinero de sus reservas para pagar las deudas.
Pese a la urgencia de la situación, los dos bandos parecen lejos de un acuerdo, aunque negociadores de ambos equipos se han estado reuniendo de manera regular durante toda la semana para buscar terreno común, y tanto McCarthy como Biden han asegurado que una suspensión de pagos no está sobre la mesa.
Si bien la deuda estadounidense se suele considerar un activo seguro en los mercados financieros, de vez en cuando el país se asoma al impago porque el Gobierno solo puede pedir prestado hasta el límite que marca el Congreso, conocido como el techo de deuda.
Por lo general, el país suele elevar o suspender el límite sin condiciones, como reclama la Casa Blanca. Es lo que ha sucedido en más de 70 ocasiones desde la década de los setenta.
En 2011, sin embargo, una situación muy similar a la actual se saldó con la rebaja de la calificación crediticia del país por parte de la agencia de riesgo Standard & Poor’s desde “AAA” a “AA+”.
Entonces, el acuerdo entre los demócratas y los republicanos se alcanzó apenas dos días antes de que el país entrara en suspensión de pagos, y obligó al Gobierno del demócrata Barack Obama a capar el gasto público durante años.