Acapulco (México), 24 dic (EFE).- A pesar de que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, prometió “poner de pie” el puerto de Acapulco antes de Navidad, sus habitantes aseguran que serán unas fiestas amargas y las luces, árboles de Navidad y figuras de Papá Noel no están presentes este año en el barrio Cumbres de Figueroa.
Los ciudadanos aseguran que la emoción por estas fechas y los preparativos han pasado a segundo plano, ya que ahora lo más importante es recuperar sus casas después de que el 25 de octubre el huracán Otis, uno de los más fuertes de la historia del país, arrasara con esta ciudad, en el sureño estado mexicano de Guerrero.
Cumbres de Figueroa es un barrio unido, aseguran los vecinos. Entre ellos se organizaban para las posadas, las fiestas y la cena de Navidad, pero ahora solo buscan comprar materiales de construcción o láminas para sus techos.
Teresa Meza Flores señala que estas fechas son importantes y arraigadas en su familia, ya que es una costumbre que tiene desde su madre, con quien creaba nacimientos, decoraciones en su casa y ahora solo los recuerdos viven y la ilusión de regresar alguna vez a estos tiempos.
“Hacíamos unos nacimientos enormes, piedra y todo, el niño Dios, las fuentes, los lagos y a raíz de eso se me quedó un poco la tradición de la Navidad. Volví a renovarme el año pasado incluso compré mi pino, mis luces, todo. Arreglé bonito todo y mira ahora, tengo todo guardado, las partes que quedaron, el pino, el nacimiento. No hay palabras para describir lo que nos pasó”, afirmó a EFE.
En los últimos días de noviembre, acudía con sus familiares hacer las compras de lo que faltaban y ahora, bajo el manto de una lona regalada, sillones estilo Acapulco y una simple mesa con sillas, lo que la ilusiona el poder cenar con toda su familia.
“¿Qué vamos hacer pues?, nada más vamos a cenar aquí a la intemperie. Lo que cuenta es que estemos juntos”, afirmó.
Cristal Ortiz Balderas, otra habitante de Cumbres de Llano Largo, vive en casa de sus suegros e indica que para ella estas fechas significaba estar con la familia, pasar momentos de unión y de mucha alegría y felicidad.
“Antes de eso teníamos planeado hacer carne asada, festejar pero pues ya por cuestiones de Otis no se pudo y pues ahorita lo que sea, lo que mande Dios es bueno”, comentó.
Cristal dijo que recuerda en su barrio las posadas, las luces, los villancicos y las decoraciones navideñas, pero ahora son mínimos los festejos.
En declaraciones a EFE, en lo que era una casa y después del huracán Otis quedó destruida, Cristal Ortiz señala que ya habló con sus hijos, que se quedaron sin Papá Noel.
Por su parte, Giovana Hernández Ortis confirmó que en su casa eso ha pasado a segundo o tercer término, ya que al no tener techo en su vivienda no hay donde colocar la decoración, incluso que este año no pondrán el pino de navidad.
Giovana recordó que en su casa era una tradición hacer grandes comidas, pero ahora y debido a que perdió su cocina, su mesa y no tener una estufa ha cambiado sus planes.
“En nuestro caso mi patrona nos traerá un pavo ya horneado y nada más en diez minutos ya está”, comentó.