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November 14, 2024

Solidarity – Solidaridad: Juan Barragán García

Frank Barragán García nació en Browley, California, un pueblo pequeño cerca de la frontera con México, el 12 de enero de 1928. Tuvo cuatro hermanos y una hermana y fue el primero en su familia en ir a un colegio. Sus padres trabajaron en el campo y durante su adolescencia los ayudó recogiendo las cosechas en haciendas ubicadas en Delano y Bakersfield.

Frank Barragán García
Frank Barragán García

Durante su juventud, su sueño más grande era convertirse en mecánico, sin mayores esperanzas de avanzar en el futuro. Su vida cambió cuando rompió sus relaciones con su novia, mientras estudiaba el último año en la escuela secundaria, llevándolo a alistarse en la Marina. Esta experiencia le dio una nueva forma de ver la vida, el uniforme lo hizo sentir que podía ser capaz de conquistar metas más altas y sus actitudes frente a una vida de trabajo cambiaron, especialmente cuando pensaba en el farmacéutico japonés que él conocía, llegando a la conclusión de que si un japonés había podido obtener esa profesión, él también podía.

Después de terminar su tiempo de servicio en la Marina, estudió por dos años en el Colegio de Bakersfield, lo cual reforzó su decisión de convertirse en boticario. Presentó las solicitudes en las Escuelas de Farmacia en California, las cuales tenían una lista de espera muy larga y finalmente fue aceptado en las escuelas de los estados de Utah y Nuevo México, decidiendo estudiar en la Universidad de Nuevo México en Albuquerque. Allí trabajó y estudió entre 1949 y 1956. Durante este tiempo, Frank sirvió por 18 meses durante la Guerra con Corea, finalmente recibió su título Bachelor en Ciencia de la Universidad de Nuevo México, aprobó el examen del Consejo de Farmacia en Nuevo México, el cual lo calificaba para practicar en todos los estados, excepto California, New York y Florida. Pero, él deseaba vivir en California, por lo cual regresó a su estado natal para prepararse para un nuevo examen, el cual aprobó en 1956.

Su primer trabajo fue como ayudante de administración en una de las tiendas de Walgreens, situada en Redwood City, donde laboró por dos años. Allí conoció a una joven italiana de nombre Lía con quien se casó en 1957. Ella era tradicional en su forma de ver la vida, concediendo importancia primordial a su familia y su esposo. Durante los primeros años de matrimonio, Lía cuidó de sus padres. Frank y Lía tuvieron dos hijos: Brian y Louise. Brian se graduó de la Universidad de Santa Clara y Louise de la Universidad Estatal de San José.

Después de pasar dos años en Walgreens, Frank decidió formar una sociedad, comprando una botica en Sunnyvale y aunque trabajaba muchas horas seguidas, todavía se daba tiempo para trabajar como voluntario para una agencia de servicio social en Redwood City, ayudando a personas que carecían de sus documentos legales y que solamente hablaban español. También se registró con el Banco de Idiomas de la Cruz Roja, enseñando inglés a una familia que vivía en Menlo Park. Su esposa y sus hijos entendían y apoyaban su necesidad de colaborar con la comunidad. En 1971, él empezó a estudiar leyes, lo cual le sirvió más tarde para entender cómo funcionan las leyes, conocimiento del que carecía, lo cual lo ayudó en futuras transacciones comerciales.

En 1976 compró la botica que estaba situada en la calle Santa Clara, en San José, convirtiéndolo en uno de los tres hispanos que en esa época era dueño de esta clase de negocio. De los 700 farmacéuticos que existían en el Condado de Santa Clara en la década de los ochentas, solamente 20 eran hispanos.

De octubre de 1985 a febrero de 1986, sirvió como Presidente de la Asociación de Farmacéuticos de Santa Clara. Frank apoyaba a los políticos que comprendían y trataban de encontrar solución a los problemas que enfrentaban en su profesión.

Como miembro activo de los Kiwanis Pueblo de San José, el único club en California con membresía hispana, Frank participaba activamente durante los programas de las escuelas secundarias, titulados Día de Carreras, apoyando a los estudiantes para que se animaran a ponerse metas en una educación universitaria. Fue president de los Kiwanis entre 1983 y 1984. También colaboró voluntariamente con MACSA, al igual que sirvió en hospicios locales. © La Oferta Newspaper.

 

<English version>

 

Frank Barragán García
Frank Barragán García

Frank Barragan Garcia was born Browley, California on January 12, 1928 a small town near the Mexican border. He was one of six children and the first to go college. His parents were farm workers, and in his youth he also worked the farms of Delano and Bakersfield.

When he was young his highest dream was then to become a mechanic, with little hope of future advancement. His life changed when he broke with his girlfriend while in high school in senior year, and left to join the Navy. That experience gave him a new view of life; the uniform gave him a feeling of being taller, and his attitude about his life’s work became different, especially when he thought about the Japanese pharmacist he met, concluding that if a Japanese pharmacist could do it, he could do it too.

After discharge from the Navy, he commuted for two years to a Bakersfield Junior College that reinforced his decision become a pharmacist. He applied to pharmaceutical schools in California, which had long waiting lists and was finally accepted at the schools of pharmacy in both Utah and New Mexico, but chose to study at the University of New Mexico in Albuquerque where he worked and studied from 1949 1956.

In the middle of this time he served for 18 months during the Korean War, and finally received his Bachelor of Science degree from the University of New Mexico passed the Board of Pharmacy exam in Nuevo Mexico, which qualified him to practice all states except California, New York and Florida. But because he wanted to live California, he came back to his native state to prepare for passing California’s Board of Pharmacy, Division Consumer Affair exams, which he did achieve in 1956.

His first job was assistant manager Walgreens in Redwood City, where he work for two years, and there he met a lady of Italian descent named Lia, who later became his wife in 1957. Lia was traditional in her views, putting family and husband first, and during the first years of their marriage, she cared for her aging parents. They had two children, Brian and Louise; Brian graduated from Santa Clara University and Louise from University of California at San Jose.

Frank Barragán García
Frank Barragán García

After working for two years in Walgreens, Frank decided to buy a drugstore in Sunnyvale, as a partner, and even that he used to work so many hours, he dedicated time to work as a volunteer in a Social Service Agency en Redwood City, helping undocumented people who only spoke Spanish on a one-to-one basis. He was also registered with the Red Cross Language Bank, tutoring a family in English who lived in Menlo Park. While he did this, his wife and family was understanding of his volunteer work that he wanted to contribute to the community. In 1971, he also started studying law, which later gave him the understanding of laws he previously did not have. This knowledge helped him in future business transactions.

In 1976 he bought the drugstore located in Santa Clara Street, in San Jose, which made him one of the three Hispanics owner of this kind of business. Of the 700 pharmacists that were in Santa Clara County, on the eighties, only 20 were Hispanics.

From October 1985 to February 1986, Frank Barragan Garcia served as President of the Association of Pharmacists of San Clara. He felt the need to support politicians that understood and tried to find solutions to the problems facing in his profession.

As a very active member of Kiwanis Pueblo de San Jose, the only club in California with Hispanic membership, Frank use to participate on the programs of the high schools, during Career Day programs in school to encourage the students to have their goals on a professional career. He was President of the Kiwanis between 1983-1984. He also collaborated with MACSA, as well serving local hospices, and formulating special medications.

Frank Barragan Garcia was a person who showed interest on others, particularly on those who faced bad situations in their lives. “I love my profession and I feel very lucky to have health and to be able to continue helping other persons,” he said during our interview. © La Oferta Newspaper.