Mariano Córdoba, maestro guitarrista de flamenco, compositor, arreglista y profesor de música flamenca nació en el pequeño pueblo El Vado, ubicado en la provincia de Castilla, al noreste de Madrid, España. Su familia de ocho niños vivía con un modesto ingreso económico. Sin embargo, aquello no le impidió interesarse en la música de guitarra, a una edad muy temprana. Cuando tenía diez años de edad, su familia se mudó a Madrid. Un día, caminando por una barbería escuchó una música que era diferente a las jotas tradicionales que había escuchado tocar en el pueblo donde nació. La melodía desconocida venía de una peluquería, donde entró para descubrir que aquella música se conocía como flamenco. El paluquero, Manuel Santos, quien estaba tocando la guitarra se ofreció enseñarle, a pesar de que Mariano no tenía dinero para pagar las clases. “Esta clase de generosidad del pobre dando al pobre es una forma típica de la generosidad de las personas”, comentaba Mariano al recorder esa experiencia.
Al lado de Santos, Córdoba aprendió todo lo que él sabía. Más tarde, Santos le presentó a Eusebio Díaz, otro peluquero que sabía un poco más sobre la música. Después de cuatro meses de estudio con Díaz, Córdoba se sentía listo para presentarse en publico. Conoció a Pepe de Huelva, quien le pidió estrenarse como artista tocando para él a la tarde siguiente. Mariano creía poder tocar en las grandes asambleas de música flamenca en el centro de Madrid, sin embargo terminó presentándose en tavernas ubicadas en los distritos más pobres de la capital española, donde nadie le ponía atención.
Como pago, de Huelva se acercaba, sombrero en mano, rogando y suplicando al público le dieran dinero por la presentación. Avergonzado, Córdoba luchó con su conciencia esa noche, viéndose cara a cara con la dureza de apenas ganar una existencia como artista, concluyó que no trabajaba con un buen cantante y que entonces no era buen guitarrista. Fue consciente que si iba a perseguir su sueño, tendría que recibir entrenamiento profesional.
Un día su madre y hermanos decidieron ayudarlo para que recibiera clases de guitarra con el maestro Rafael Nogales, un excelente profesor de la guitarra flamenca. Admitiendo que sabía menos de lo que pensaba al comienzo de la clase de guitarra, Nogales lo aceptó como alumno, corrigiéndo los defectos que había adquirido y enseñandole técnicas que Córdoba jamás había soñado.
Entre 1945 y 1948 sirvió a su país en el ejército español en Marruecos y después comenzó a tocar para bailarines famosos, María Martín y Paco Torres, en 1948.
La siguiente vez que se le abrió el camino artístico fue en 1950 en Barcelona, al ser contratado para trabajar con el cantante de flamenco Antonio Molina y la gran bailarina Flora Albaicín. Grabó su primer disco Odeón con ellos en Barcelona. “Ese mismo año, Antonio, el bailarín flamenco más famoso del mundo llegó a Barcelona, me oyó tocar, me informó que iba a organizar una compañía artística y me pidió que me integrara al grupo”, recordaba Córdoba. Esto resultó en muchos años de presentaciones en Europa Occidental, a lo largo de Norte, Sur América y Canadá.
Durante esa época conoció a Carmen Ruiz, nativa de San Francisco y se enamoraron. Al fin de su recorrido por América, en vez de regresar a España, se casaron. Córdoba dejó la compañía de Antonio, adquirió la ciudadanía americana y se estableció en San Francisco, ciudad que conquistó su corazón.
Abrió las puertas de una escuela en San Francisco para enseñar guitarra a aficionados de flamenco. En 1956 solamente asistieron tres alumnos, a quienes los instruyó sin saber inglés, por medio de señas. Córdoba no estaba satisfecho con esto y comenzó a escribir todas las notas musicales de flamenco que enseñaba y tocaba. Hasta entonces no existía ningún registro musical de flamenco. Al aprender este tipo de música de chico en España, todo lo aprendió de memoria. Oralmente también fue cómo adquirió el inglés de sus alumnos.
En 1958 estableció un club nocturno, “El Patio Andaluz” en San Francisco, entre las calles Powell y Green, ubicado en el corazón de North Beach. Pronto se convirtió en el favorito de los aficionados al flamenco. En 1960 firmó un contrato en Hollywood para grabar discos con la compañía Capitol Records. Esto ocupó más su tiempo, por lo que decidió vender el club nocturno para concentrar su atención y tiempo a grabar, dar conciertos (algunos fueron presentaciones en el club Casa Madrid en la calle Broadway), y enseñar guitarra.
El tipo de música flamenca comenzó en el siglo XVII, llegando a su edad de oro en el siglo XIX con el Cante Hondo. La música flamenca está influenciada por muchas culturas, incluyendo de los árabes, judíos y gitanos, cuyas vidas estaban llenas de sufrimiento. Años después se manifiesta una visión más feliz del alma, al mismo tiempo de la condición humana.
“Al presentar la música flamenca el artista ofrece una expresión de una mezcla de culturas incluyendo las experiencias culturales del mismo artista. Mientras que los ritmos, innatos de la música flamenca se unan, las interpretaciones personales del artista los acompañan”, comentaba Córdoba.
La siguiente fase evolucionaria del flamenco se llamó el Cante Intermedio, época cuando el flamenco reflejó una visión más dichosa. Años después, este tipo de música llegó a una tercer fase, más feliz, la llamada Cante Chico. Otros aspectos están evidentes en la música de Paco de Lucía, que incluye en el flamenco influencia de la música popular jazz de América del Sur.
Una de las composiciones de Córdoba, “Cañaveral”, utiliza este ritmo nuevo de rumba flamenca.
El maestro Córdoba es el autor de cinco libros: “Escuela Flamenca”, “Guitarra Flamenca” y tres volúmenes de “Guitarra Flamenca Tradicional”, los cuales están disponibles con audio cassettes para asistir a los estudiantes en el aprendizaje con las notas musicales registradas en los libros. Córdoba fue uno de los primeros, a fines de la década de los cincuentas, en hacer uso de técnicas audiovisual en la enseñanza, antes de que se convirtiera en una práctica común, para aumentar la eficacia de la enseñanza. Hasta entonces la música flamenca se aprendía oralmente.
Cuando comenzó sus publicaciones, le tomó 14 horas diarias para crear anotaciones en sólo una página, las que hizo él mismo a mano. Una de sus volúmenes “Guitarra Tradicional Flamenca” le llevó 4,000 horas para crearlo.
En 1974, Córdoba estableció su residencia en Sunnyvale donde conoció a quien sería su segunda esposa, Linda, nativa de la Península y descendiente de familia mexicana, estableciendo allí su studio de enseñanza, donde daba lecciones de guitarra flamenca. En 1982 formó con otras personas el grupo llamado Asociación de Bailarines Flamencos del Norte de California, el cual dirigió por dos años. Debido a sus compromisos con sus estudiantes y sus presentaciones públicas tuvo que dejar este grupo, para dedicar su tiempo exclusivamente a la enseñanza de la guitarra en su estudio y realizar presentaciones públicas. © La Oferta Newspaper.
<English version>
Master Flamenco guitarist, composer arranger and teacher of flamenco music, was born in the small town El Vado, in the province of Castile, northeast of Madrid, Spain. There were eight children in his family, with a modest income, but even this didn’t prevent him from becoming interested in guitar music at a very early age. When he was ten years old, his family moved to Madrid. One day he walked by a barbershop and heard music that was different from the jotas he traditionally had heard and played in the town of his birth. Intrigued, he walked into the barbershop, discovered it was called flamenco. The barber, Manuel Santos, who was playing offered to teach him, even though Mariano didn’t have any money to pay for the lessons. This type of generosity of the poor giving to the poor is a typical trait.
One day his mother and brothers decided to help him to be able to take guitar lessons with a good teacher, Rafael Nogales, a great teacher of the Flamenco guitar. Admitting that he knew less than he had at the beginning when he first started playing guitar, Rafael took him on as a student, correcting most of the defects he had acquired, and teaching him techniques he had never dreamed before.
Mr. Cordoba is the author of five flamenco books, the first “Escuela Flamenca”, the second, “Guitarra Flamenca”, and three volumes of “Traditional Flamenco Guitar,” which were available with audio cassettes to assist the students in learning the musical notation in the books. He was one of the first, in the late 1950’s to utilize a combination of audio and visual techniques in teaching, before it became a common practice, to increase teaching effectiveness. Up to this time, flamenco music was learned by memory through an apprenticeship method. When he began his publications, it took him 14 hours a day to create notations on just one page, which he himself did by hand. One of his “Traditional Flamenco Guitar” volumes took him 4,000 hours to create.
Cordoba moved to Sunnyvale in 1974 where he met his second wife, Linda, a native of the peninsula who is of Mexican descent, and set up his teaching studio, where he continued to give lessons in flamenco guitar. In 1982 he formed with other the group called Northern California Association of Flamenco Dancers, which he directed for two years. Because of his heavy commitments with his students and his public performances, he had to leave this group. He devoted his time exclusively to private teaching in his studio, and selected public performances. © La Oferta Newspaper.