México, 18 oct (EFE).- La medicina personalizada ya está en Latinoamérica, pero no para todas las personas, una situación que agravaría la desigualdad de la región, advirtieron expertos en entrevista con Efe tras publicarse un informe de la Unidad de Inteligencia de The Economist (The EIU).
“En la mayoría de los países hay una diferencia enorme. Esto no es un caso de introducir medicina personalizada en América Latina, ya está ahí, pero para algunas personas con seguro privado, lo que sólo amplifica la falta de equidad”, expuso Alan Lovell, asociado de política sanitaria en The EIU.
El especialista británico presentó su reporte “Medicina personalizada en América Latina: Universalizar la promesa de innovación”, durante el Roche Press Day, un evento virtual que esta semana reunió a especialistas de toda la región.
El informe clasificó a los países en tres niveles, según su grado de avance, encabezados por Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica y Uruguay en el 1, seguidos por Chile y México en el 2, y por último Ecuador y Perú en el 3.
Mientras que los primeros están “listos para decidir” si crean un enfoque integral para avanzar hacia esta forma de medicina, los segundos aún están “fortaleciendo las bases” y los últimos apenas “están comenzando el viaje”, enunció.
SALUD A LA MEDIDA
La importancia de la medicina personalizada radica en tratar personas, no enfermedades, lo que significa que las personas pueden acceder a tratamientos que se adapten a sus necesidades únicas, explicó Lovell.
El investigador ejemplificó que el tercer mayor gasto en salud en Reino Unido y Europa surge de atender los efectos secundarios de medicamentos.
“Lo que la medicina personalizada te ofrece es que, en vez de dar el mismo fármaco a un montón de gente y ver a quién le funciona y a quién no, la salud personal da la oportunidad de identificar desde un principio cuál será la medicina más efectiva”, describió.
El problema para América Latina, apuntó, es que los países todavía batallan por garantizar el acceso universal a la salud, por lo que desestiman la importancia de otras inversiones.
Sólo seis de cada diez países latinoamericanos cuentan con una estrategia nacional de salud digital, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
“Creo que es porque muchos políticos y legisladores te dirán que no es una prioridad para ellos, porque aún tienen que alcanzar salud básica universal para sus poblaciones y tienen otras cosas en las que concentrarse”, lamentó Lovell.
Sin embargo, el común denominador en Latinoamérica es que el sector privado ya está avanzando mientras el público se rezaga, advirtió Gabriel Riveros, médico de la Universidad Javeriana y miembro honorario de la Academia Nacional de Medicina de Colombia.
“Lo que va a pasar es que no se va a beneficiar la gente del sector público, lo que sería un tema inequitativo completamente, por lo tanto es al Estado al que le corresponde tratar de hacer lo mejor posible esa incorporación a los sistemas”, indicó Riveros, también exministro de Salud.
CONCIENCIA PANDÉMICA
A este panorama hay que añadir la pandemia de la covid-19, de la que Latinoamérica ha sido la región más golpeada con casi 10,5 millones de casos y cerca de 400.000 fallecidos de los casi 40 millones de casos a nivel mundial y más de 1,1 millones de muertes.
“Lo más nefasto que nos ha ocurrido con la pandemia es el consumo de recursos que se han tenido que destinar para la atención de la pandemia, pero ha habido una mejor articulación entre los actores de los sistemas para tratar de solucionar”, opinó Riveros.
El médico colombiano pidió a los sectores público y privado mantener esta nueva cooperación para “aprovechar las grandes oportunidades” de avanzar a la salud digital y personalizada.
“Es un tema de concientización que tiene que ver con que la estructura de salud de los países y los pacientes entiendan qué es esto, e ir incorporándolo responsablemente, honestamente, éticamente y sobre todo solidariamente para que sea igual para todos”, reflexionó.