Washington, 19 jul (EFE).- El Gobierno de EE.UU. investiga nuevos casos de los misteriosos “ataques” contra algunos de sus diplomáticos, esta vez ocurridos en Viena, según reveló este lunes el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
“En lo que a Viena se refiere, en coordinación con nuestros socios en otras agencias, estamos investigando decididamente informaciones sobre posibles incidentes de salud sin explicación entre el personal de la embajada”, dijo en rueda de prensa.
Según informó la semana pasada la revista The New Yorker, unos 25 diplomáticos y funcionarios estadounidenses en Viena habrían sido víctimas desde que Joe Biden asumió el poder de estos “ataques” que provocan el llamado “síndrome de La Habana”.
Se trataría del segundo foco con más afectados después del primero en La Habana, cuyos ataques se registraron entre 2016 y 2017, aunque también se han dado en China o Washington.
Las autoridades austríacas también han dicho estar investigando el incidente.
Viena es un centro diplomático con varias agencias de Naciones Unidas y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, por lo que Estados Unidos tiene un gran contingente de personal.
Los afectados por este “síndrome” padecen síntomas similares a los de lesiones cerebrales, mareos, dolores de cabeza y falta de capacidad de concentración.
El origen y responsable de estos misteriosos “ataques” aún se desconoce, aunque expertos apuntan a que podría haberse usado energía de radiofrecuencia para perpetrarlos.
El secretario de Estado, Antony Blinken, creó un grupo para estudiar precisamente su origen y el Gobierno tiene en alerta a todo su personal diplomático para que reporte cualquier síntoma que pueda estar relacionado con uno de estos “ataques”.
El expresidente Donald Trump acusó en 2017 al Gobierno de Cuba de ser responsable de lo que las autoridades estadounidenses calificaron entonces como “ataques acústicos” o “sónicos”, lo que sirvió como pretexto al entonces mandatario para romper con el deshielo diplomático con la isla.
Un informe interno dado a conocer a principios de este año reveló que Trump acusó a La Habana sin pruebas y que la mala gestión y la falta de coordinación dominó su respuesta a estos supuestos “ataques”.