Washington, 21 jul (EFE News).- Una audiencia del Senado acerca de los inmigrantes que trabajan en la agricultura se tornó hoy miércoles en un debate enardecido sobre la situación en la frontera sur y la llegada de cientos de miles de migrantes.
Los senadores demócratas Dick Durbin y Álex Padilla copresidieron una audiencia convocada para discutir mecanismos que conduzcan a la legalización de millones de trabajadores agrícolas que, en promedio, han estado por 18 años en el país.
El secretario de Agricultura, Thomas Vilsak, destacó la importancia crítica de esos trabajadores “en una agricultura que no solo alimenta a más de 320 millones de personas en Estados Unidos sino que produce excedentes para la exportación”.
“En Estados Unidos, las familias gastan un 10 % de sus ingresos en alimentación, una porción baja sin par entre las naciones desarrolladas”, añadió.
Por su parte, Durbin dijo que “la cadena de suministro de alimentos depende, en gran medida, de los inmigrantes”.
“Ellos desempeñan un papel crítico en la alimentación de nuestras familias y realizan trabajos peligrosos, siempre bajo la amenaza de la deportación. Su trabajo es agotador y peligroso, en el campo y en las plantas de procesamiento de alimentos. Más de medio millón de trabajadores rurales contrajeron la covid-19”, señaló.
El senador republicano Chuck Grassley coincidió en que la agricultura “encara una escasez de mano de obra”, y agregó que el mes pasado la Patrulla Fronteriza encontró más de 188.000 migrantes, “con un aumento del número de menores de edad no acompañados”.
“Claramente, tenemos una crisis en la frontera sur”, continuó. “Es una realidad desafortunada que una porción significativa de la fuerza laboral en la agricultura la componen inmigrantes indocumentados”.
Grassley y el también senador republicano John Cornyn se refirieron a la amnistía migratoria de 1986 que ofreció el entonces presidente republicano Ronald Reagan, que otorgó una senda para la legalización de cientos de miles de trabajadores agrícolas que estaban en el país con visas temporarias.
Apuntaron que aquella amnistía permitió que los trabajadores agrícolas beneficiados abandonaran la labor rural, y señalaron que el Congreso no debería repetir la experiencia que perpetúa la necesidad de mano de obra indocumentada.
Padilla apuntó que “no deberían mezclarse dos asuntos que son diferentes: la mano de obra agrícola y la situación en la frontera”.
“Los trabajadores agrícolas, en promedio, han estado en el país 18 años. Es un error fundamental que el Gobierno reconozca a los trabajadores rurales como esenciales y al tiempo les niegue la protección y el estatus legal”, expuso.
Los senadores republicanos Lindsey Graham y Ted Cruz transformaron la audiencia en una interpelación de Vilsak, cuyo departamento no es responsable de la política migratoria, insistiendo en que la legalización de los trabajadores agrícolas causará un mayor flujo de migrantes.
En su primera iniciativa legislativa, Padilla presentó un proyecto titulado “Ciudadanía para los Trabajadores Esenciales” que incluye un proceso para que los trabajadores esenciales, tales como los peones rurales, obtengan la ciudadanía estadounidense.
Padilla ha señalado que debido a la falta de normas federales acerca del calor y el trabajo, y a las vulnerabilidades de los peones agrícolas, estos corren un riesgo constante de muerte mientras laboran en el verano.
Padilla y el senador demócrata Sherrod Brown han presentado el proyecto “Ley Asunción Valdivia para la prevención de Enfermedad y Muertes por Calor”, que apunta a proteger a los trabajadores de la exposición al calor excesivo.
Asunción Valdivia fue un trabajador agrícola en California que murió por insolación en 2004 después de trabajar 10 horas seguidas en temperaturas de más de 40 grados Celsius (105 Fahrenheit).