La Navidad es tiempo de belenes, de pesebres, y aunque lo más común es que sean figuras de arcilla o cerámica, también hay quienes deciden ser los protagonistas. Se trata de los belenes vivientes, que se han convertido en toda una tradición en muchas localidades a ambos lados del Atlántico.
+++ Algunos belenes vivientes llevan décadas siendo reclamos de muchos pueblos de tradición católica. Tras un año de ausencia debido a la pandemia, hay municipios que han decidido retomar esta costumbre en la que se implican gran parte de sus vecinos.
+++ Este año se realizarán estas recreaciones -si la evolución de la pandemia lo permite- en algunos municipios con ampliación de las zonas de representación o recorrido, turnos para la visita y otras medidas de seguridad sanitarias. Otras localidades, han decidido esperar un año más.
+++ El primer belén que se recreó fue en tierras italianas, concretamente en Greccio; lo hizo San Francisco de Asís en 1223 pero, según los expertos, este tipo de pesebre o portal con figuras reales ha de ser considerado más una representación religiosa teatral, un auto sacramental, que un belén que se reserva para figuras artificiales.
Llega la Navidad y algunos municipios vuelven a recuperar la tradición de representar al aire libre sus nacimientos vivientes, transformándose en auténticos pueblos bíblicos del primer año de la Era Cristiana del siglo I, y conmemorar la Natividad, el nacimiento de Jesús.
Belén, nacimiento, pesebre… en cada país se nombra de manera diferente, pero el concepto es el mismo: escenificar el nacimiento de Jesús, algo que se hace a lo largo de la extensa geografía de países católicos.
Cada año la complicidad vecinal convierten algunas calles de pueblos o ciudades en un lejano Belén, donde María y José buscan cobijo para alumbrar al niño Jesús. Es tradición en estas fechas que sus habitantes saquen los trajes de María, San José, pastores, o reyes magos para representar esta escena bíblica. Tradición, teatro y una gran vecindad para crear un entrañable y efímero momento.
Así, junto a los tradicionales nacimientos, conviven cada vez más esta modalidad de belén viviente con personas reales, en las que cada cual da vida a cada uno de los personajes del pesebre. Aquí va una pincelada de algunos de estos bellos lugares.
GRECCIO, DONDE EMPIEZA LA TRADICIÓN
Esta pequeña localidad italiana del norte del Lazio, de 1,500 habitantes, es conocida por haber acogido la primera representación humana del Nacimiento de Cristo, organizada en la Nochebuena de 1223 por San Francisco de Asís.
La escena del nacimiento de Cristo no fue representada con figuritas, ni miniaturas de objetos cotidianos, ni con personas, aunque sí utilizó animales. La tradición ha continuado y se repite cada año. Sus organizadores insisten en que no emulan el propio belén, sino la representación que hizo el santo.
MEXICO Y COLOMBIA, EL PESEBRE MÁS GRANDE DEL MUNDO
‘El pesebre más grande del mundo’ recorre distintos destinos. En la ciudad de Cali, existe un pesebre viviente conocido como “el más grande del mundo”, y no es una exageración ya que cuenta con cuatro premios del Guiness Word Record, dos en sus celebraciones en México y otras dos en Colombia.
En Cali, entre el 8 de diciembre y hasta el 8 de enero, unos 120 actores dispuestos en escenarios diferentes extendían la representación unos 18,000 metros cuadrados.
A diferencia de otros belenes vivientes que se representan en un escenario y solo pueden verse a distancia, en éste los espectadores pueden pasear por la ciudad fielmente recreada e interactuar con los personajes.
En toda América Latina, el pesebre desembarcó con la llegada de los españoles, con las influencias de las órdenes franciscanas que les acompañaban, reforzada después por la población autóctona cristianizada.
Y mientras una tendencia laicista ha ido ‘barriendo’ el protagonismo de cada Navidad de los belenes o portales en muchos países católicos europeos, en Iberoamérica las tradiciones de celebración cristiana se mantienen y se celebran, quedando como vínculo emocional, un arraigo popular entre pueblos.
SANTILLANA DEL MAR (CANTABRIA)
Uno de los belenes vivientes más antiguos de España es el de la localidad cántabra de Santillana del Mar. Desde 1959 se viene representando: el de la Colegiata de Santillana del Mar.
En esta bellísima localidad medieval y excelentemente bien conservada, son los más pequeños los que se convierten en actores para representar el nacimiento del niño Jesús. Este belén viviente forma parte de la llamada ‘Ruta de los Belenes’.
Aunque la primera representación fue el 14 de diciembre, esta actuación no es más que el aperitivo de la gran escenificación en que se puede ver a San José, montado sobre su burro, paseando por las calles de la villa medieval en búsqueda de alojamiento para el alumbramiento de María.
ALGUNOS BELENES DE ANDALUCÍA
Probablemente el de Beas, Huelva, sea uno de los belenes vivientes más reconocidos de España. Lleva celebrándose desde 1970 y, desde entonces, se han ido congregando a más y más interesados en este tipo de representaciones. Reconocido como una de las “Siete Maravillas” de la provincia sureña española.
El público tiene que desplazarse hasta la iglesia, donde se representan algunas de las escenas. Pasados los minutos, tanto los actores como el público se van moviendo por las calles del casco antiguo, para rememorar la historia que se remonta a la Palestina de hace 2021 años.
En la localidad de Arcos de la Frontera, Cádiz, una veintena de escenas se montan por las calles de este pueblo blanco. Se viene celebrando desde 1971 y en él participan muchos de los vecinos de la localidad. Solo se representa el sábado 21 de diciembre.
Declarada fiesta de Interés Turístico de Andalucía, vecinos y visitantes podrán formar parte de un belén muy andaluz que contiene: iluminación tenue en las calles, ambiente acogedor, olor a incienso y cera quemada y todas las escenas del nacimiento de Jesús, paso a paso.
La primera gran novedad es el aumento del recorrido oficial del belén viviente hasta para separar más las distintas escenas y evitar aglomeraciones.
El belén de la también gaditana localidad de Medina Sidonia se realiza en un recorrido por las calles y plazas más bellas de este pueblo que está considerado Conjunto Histórico-Artístico y además ha sido declarado Bien de Interés Cultural.
OTROS LUGARES DE ESPAÑA
El belén viviente de Bàscara (Girona) es uno de los más representativos de Cataluña. Desde la Navidad de 1973 se han representado en su caso antiguo las escenas más importantes , una localidad ubicada en la orilla del río Fluvià, con cuevas naturales, acantilados y edificios de corte medieval, que son ya señas de su identidad.
En cada edición el pesebre moviliza buena parte de la población. Más de 300 actores dan vida a los personajes más representativos que se asocian con el nacimiento del Mesías.
Por otra parte, los vecinos del madrileño pueblo de Buitrago de Lozoya escenifican, desde 1988, su particular belén. La representación no ha cesado de crecer hasta contar con más de 200 actores para más de 35 escenas bíblicas.
El belén tiene lugar por las calles de la ciudad y, como telón de fondo, aparecen sus murallas medievales iluminadas. Los vecinos de Buitrago se fijaron en Bàscara para crear este espectáculo que es totalmente gratuito. Está declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.
En este país también se escenifican belenes en otras numerosas localides, entre ellas: Sangüesa (Navarra), Cabezón de Pisuerga (Valladolid), Torres de Fals y Corbera (ambas en Barcelona), Peralta (Navarra), Montemolín (Badajoz), Guijo de Galisteos (Cáceres), Las Cabezas de San Juan (Sevilla), Alcanadre (La Rioja)…
DOS BELENES ESPECIALES, EL DE BREDA Y EL DE BRAGA
La organización del Belén Viviente de Breda, organizado por las mujeres de Breda (Girona, norte de Españ), ha conseguido consolidar la cita. Representan una veintena de escenas con movimiento, voz y música grabada, vestuario de época y tradicional catalán.
Está ubicado en el entorno del antiguo monasterio de San Salvador, disfrutando así del marco incomparable que es el imponente conjunto patrimonial de la ciudad.
Y, por último, destacamos en Portugal el que construyen los presos de la cárcel de Braga, que es el más grande de toda Europa. Este nacimiento o belén se puede ver en el pueblo de Priscos, a solo 7 kilómetros de Braga.
Cuenta con 90 escenas representadas en las que, incluso, participa una familia musulmana que llegó a Braga desde Mozambique, un belén al que ha mostrado su admiración el propio papa Francisco.