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April 26, 2024

Navidad Mágica: las Posadas en Oaxaca

Nueva noches de Posadas

Texto y fotos por Mary J. Andrade

En diciembre Oaxaca se viste de fiesta. Desde los primeros días del mes, el centro de la capital oaxaqueña se convierte en el eje de las actividades culturales y sociales de sus habitantes. Son días de colorido, música y religiosidad. Entre ellas está la celebración de la Virgen de Juquila, el 8 de diciembre; de la Patrona de Oaxaca, la Virgen de la Soledad, el 18, la celebración del Festival del Rábano, la noche del 23 y las Posadas que se inician el 16 y culminan la noche del 24 de diciembre. Estas celebraciones, llenas de regocijo y colorido, sirven como vínculo para que también se exprese el prodigioso folklore de las siete regiones que componen el estado.

La Nochebuena en Oaxaca tiene un sello característico y único dentro de la universalidad de esta fiesta. Nueve días antes se dan inicio las tradicionales Posadas que significan, por un lado, los nueve meses antes del nacimiento del Redentor y por otro lado simbolizan el recorrido que hiciera la Virgen María y su esposo José, al salir de Nazaret con el objeto de cumplir con la orden dada a los habitantes de Judea de empadronarse en sus ciuddes de origen. José era descendiente del Rey David, nativo de Belén.

Estas festividades, que tienen la magia de despertar entusiasmo en los corazones, se inician el 16 de diciembre. Los vecinos se reúnen y salen a hacer un recorrido por los vecindarios para detenerse frente a las puertas de los hogares en donde ya los esperan. Al llegar a su destino, piden posada dando lugar a un diálogo cantado entre los peregrinos y los dueños de casa, permitiéndose finalmente el ingreso. Como parte de la costumbre se sirve chocolate caliente a los mayores acompañado de buñuelos, mientras los pequeños participan en el rito de romper la piñata, que por lo general representa la Estrella de Belén, que guió a los Reyes Magos. Se reparte también la colación o aguinaldos, mientras grandes y chicos cantan así:

Ande madrina,

no se dilate

con los confites

y los cacahuates…

La celebración de la Navidad llegó a México en el mismo navío en el que Cortés arribó a las costas de Veracruz en 1519 con los primeros evangelizadores, quienes utilizaron el teatro como uno de los recursos didácticos en su proceso misional, cuyas representaciones tenían lugar en los atrios, frente a las capillas abiertas.

En el siglo XVII aparece en la Nueva España el villancico, una forma musical que se acostumbraba ejecutar en los actos litúrgicos entremezclándolos con los salmos.

Las piñatas que son indispensables en toda celebración mexicana, se originan en Italia, donde los primeros días de cuaresma se rompía una olla de barro, al llegar a México se la viste con papel de colores. Con el paso de los siglos su forma fue modificándose.

Las Posadas son parte inherente de la celebración navideña en los hogares católicos. En algunos casos, se dan ciertas variaciones dependiendo del país de origen de los dueños de casa, quienes engalanan la celebración de la Posada con aspectos tradicionales de sus países.