Miami, 28 ago (EFE).- Florida se prepara para el arribo del Idalia, una tormenta tropical que se pronostica toque tierra el miércoles como huracán mayor en la costa oeste de este estado, cerca de donde hace poco menos de un año lo hizo el huracán Ian, que dejó muerte y destrucción a su paso.
De acuerdo al Centro Nacional de Huracanes (NHC) de EE.UU., este mismo lunes Idalia, ahora con vientos sostenidos de 70 km/h (119 km/h) y ahora localizada a unas 35 millas (60 km.) al sur-suroeste de la punta occidental de Cuba, se convertirá en huracán y el martes avanzará hacia el norte sobre aguas del sureste del Golfo de México.
Los meteorólogos del NHC vaticinan que a primeras horas del miércoles el centro de Idalia toque tierra como “un peligroso huracán mayor” en la costa oeste de Florida, en algún punto de la costa oeste, entre la de la bahía de Tampa e Indian Pass.
La División de Manejo de Emergencias de Florida han puesto de relieve que la mayor amenaza de Idalia es la prevista subida de la marea, que podría aumentar hasta en 11 pies (3,3 metros) al norte de la bahía de Tampa y hasta el sur de Tallahassee, la capital y al noroeste del estado.
El presidente de EEUU, el demócrata Joe Biden, emitió una declaración de emergencia para este estado sureño, lo que facilitará la entrega de ayuda federal para reparar los daños y para ayudar a los damnificados.
Además, el gobernador Ron DeSantis declaró el estado de emergencia en 46 condados de Florida.
El también aspirante presidencial por el Partido Republicano alertó a la población de que los pronósticos indican que Idalia impactará como un huracán al menos de categoría tres en la escala Saffir-Simpson )de 5), lo que significa un mínimo de vientos máximos sostenidos de 111 millas por hora (178 km/h).
Las escuelas públicas de más de una veintena de condados no abrirán los días martes y miércoles como medida de prevención y los aeropuertos internacionales de Tampa y St.Pete-Clearwater pararan sus operaciones desde mañana.
Las autoridades de los condados Pasco, Hernando, Duval, Pinellas, Manatee, Taylor, Sarasota, Citrus y Levy han emitido ya órdenes de evacuación para determinadas zonas.
En todos ellos ya se están distribuyendo sacos de arena para impedir la entrada del agua en casa y locales comerciales.
En Tampa, en uno de los centros de distribución de sacos de arena se instaló una maquina automática para que los residentes llenen sus propios sacos, una novedad que es resultado de las lecciones que dejó el paso del huracán Ian el año pasado.
Ian tocó tierra el 28 de septiembre del año pasado en la parte sur de la costa floridana del Golfo de México con vientos máximos sostenidos de 250 km/h (155 mph), y una marejada ciclónica de 17 a 20 pies (de 5,1 a 6 metros) que entró a tierra y causó una gran devastación.
Las autoridades estiman que en Estados Unidos Ian causó en total 156 muertes.
IDALIA TAN FUERTE COMO IAN
Jonathan Petramala, un “cazador” de huracanes y otros fenómenos meteorológicos y realizador junto a Brandon Clement y Andy Coates del documental “Price of Paradise: Surviving Hurricane Ian” (El precio del paraíso: Sobrevivir al huracán Ian), dijo este lunes a EFE que Idalia “puede fácilmente llegar a ser tan fuerte como Ian”.
El “mejor escenario” en términos de impacto para la población es si, como indican los pronósticos, Idalia toca tierra en el llamado “Big Bend”, dice Petramala, socio de Climate Productions.
El “Big Bend” es una zona del noroeste de Florida menos densamente poblada que la bahía de Tampa, más al sur, que se verá afectada por la cercanía del huracán pero por ahora los pronósticos no la colocan en la ruta de un impacto directo, de acuerdo con los modelos del NHC.
“Definitivamente es un ciclón peligroso”, dijo Petramala en un mensaje para instar a la población a prepararse, especialmente a los residentes en el área de la bahía de Tampa, que, según el “cazador” de huracanes, no pueden confiarse en la suerte que tuvieron en 2022 y deben huir del peligro.
El mensaje del impactante documental sobre Ian estrenado en 2023 es precisamente ese: la necesidad de evacuar la zona antes del desastre y de cuidarse no solo del viento sino particularmente del agua.