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March 28, 2024

La chilena Vaquer se forja en la empresa en la que ‘El Santo’ se hizo leyenda

México, 10 mar (EFE).- En su tercera lucha en México, la chilena Stephanie Vaquer se fracturó la nariz, algo que tomó como aviso de que debía regresar a su país, pero decidió olvidarlo para forjar su historia en la empresa donde ‘El Santo’ se hizo leyenda.

“Tuve fractura triple en el tabique, casi llegando al pómulo, pensé que hasta ahí llegaba mi carrera. Pasé un año sin entrenarme y cada vez que terminaba de trabajar como mesera y llegaba a mi casa, tomaba el teléfono para llamar a mi familia y decir que regresaba. Luego me arrepentía”, explicó a Efe.

Si la gladiadora de 27 años hubiera tomado el avión de vuelta a Chile, no sería hoy la primera sudamericana en el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), la empresa que trajo este deporte a México y en donde El Santo y Blue Demon se convirtieron en iconos de la cultura del país.

Antes de establecerse en la plantilla del CMLL, Vaquer se impuso a la lógica. Su amor por la lucha libre nació a los 10 años cuando la veía por televisión y a los 15 empezó a practicarlo en Chile, un país en el que no existían profesionales en ese deporte.

Tras sus primeros meses de entrenamiento, la guerrera del ring se dio cuenta que su profesor no sabía de este deporte por lo que decidió salirse de la carrera de comercio internacional y trabajar para juntar el dinero suficiente y migrar a México en 2013 con 19 años.

“Elegí a México porque aquí está la mejor escuela de lucha libre en la que se aprenden las bases para construir tu carrera, el saber caer, el tener tu cuerpo fuerte para aguantar golpes, el saber hacer una llave”, añadió la chilena.

Sus primeros maestros en México fueron el Ferrari, El Villano IV, El Gran Apache y Ricky Marvin, quienes la guiaron en los siete años que pasó en el circuito independiente, un “terreno sin ley” en el que los gladiadores novatos deben destacar para llamar la atención de las grandes empresas como el CMLL.

A la par, Vaquer soñaba con debutar en el CMLL y la Arena México, recinto apodado como “La Catedral de la lucha libre mexicana”, y en el que se prometió estar algún día.

Cuando pisó Ciudad de México en sus primeros años en el país pidió una oportunidad en el CMLL, pero fue rechazada porque aún no tenía el nivel que se requería para fichar por ella.

Vaquer se mantuvo en entrenamientos y perfeccionó un estilo en el que combina disciplinas como el jiu jitsu y la lucha olímpica y una personalidad ruda en el ring, que es el bando de los malos.

Casi seis años después regresó al CMLL y fue aceptada, no sin antes entrenar por un año en su escuela en donde aprendió de El Último Guerrero, uno de los estandartes actuales de la empresa.

Su debut en el CMLL fue el 9 de agosto de 2019, un viernes, cuando la Arena México presenta su mejor cartel.

“No planee ser la primera sudamericana en el CMLL y espero abrir la puerta y que sean más, hay mucho talento en Sudamérica, solo faltan buenos profesores y guías con conocimiento como los que hay en México”, finalizó.