La Oferta

April 24, 2024

Reconoce a los acosadores sexuales

A mi manera

Por Juan Carlos Valderrama

En primer lugar, se encuentran en todas las clases sociales, residen en cualquier zona sea rural, urbana o marginal, tienen cualquier nivel educativo desde un iletrado hasta un doctor, son de cualquier profesión o actividad técnica, pertenecen a cualquier raza, religión, género u orientación sexual y pueden ser de cualquier estado civil.

Pueden ser los padres biológicos, padrastros, hermanos o familiares cercanos, vecinos, amigos, conocidos o desconocidos en realidad puede ser cualquier persona.

Mucho de su condición de poder radica es que es un adulto y que somete a alguien que no es un adulto, vale decir un niñ@ el cual no tiene los conocimientos ni la información suficiente para entender lo que le está pasando.

Tienen una posición económica o jerárquica de poder que suelen utilizar con las personas vulnerables para conseguir lo que quieren.

Entre las características psicológicas de los acosadores sexuales tenemos que presentan una tendencia a utilizar los mecanismos de defensa como racionalización, negación, parcialización, minimización, proyección entre otros en su defensa; se suelen presentar como personas amables y generosas en los momentos más decisivos para ellos frente a sus víctimas.

Emplean la persuasión o la presión sobre la víctima en base a su relación de autoridad.

Tienen una capacidad de engañar a todo aquel que se les presente, pretenden ganar la lealtad e interés de su víctima mediante el chantaje o la amenaza directa para asegurar el secreto o el silencio de la misma.

Carecen de empatía por lo que no asumen que comenten delitos, entre sus características de personalidad son narcisistas.

Expresan una facilidad para actuar frente a los otros para no despertar ninguna clase de sospechas, soliendo pasar desapercibidos sin que nadie se de cuenta. Por lo general, manipulan a todo aquel quien se encuentre frente a ellos para lograr sus objetivos, sea frente a nin@s o adult@s, son tan buenos en su perversión que hacen que sus víctimas no sientan nada ni física ni mentalmente porque ell@s lo bloquean como una forma de llegar a sus objetivos así también como una forma de sobrevivir frente a su agresor.

Cuentan en múltiples oportunidades con la complicidad, negligencia, complacencia, anuencia y la injusticia la que en su momento encubre y sugiere disimularlo por mantener el puesto, posición o lo que fuera.

La agresión o violencia sexual tiene como característica el no poder decirla, entre muchas cosas por vergüenza, miedo, temor o credibilidad; es decir, por la no palabra, no se ha habla porque están instaladas en la persona el sentimiento de culpa, el estigma, el de ser señalada, el que dirán ante ello sólo queda el silencio.

Muchas de sus víctimas, sino en su totalidad, se muestran felices con sus posiciones o cargos de trabajo, lo que al parecer no muestra ningún signo de que algo esté pasando, suelen ser impotentes ante gente con poder que garantizan su impunidad.

Generalmente, la primera denuncia es la que desembrolla el hilo de la madeja y una vez realizada esta aparecerán una y otra más, aunque muchas no lo hagan, habrá una cantidad suficiente para mostrarlos frente a la comunidad, sobre quienes realmente son estas personas.

La opinión pública generalmente es incrédula frente a la víctima quien la cuestiona o juzga respecto a porqué no habló o lo denunció antes.

Algunos argumentaran que “eran adictos al sexo” ya que al ser un trastorno reconocido piensan que podría reducir sus penas o sentencias o limpiar su imagen.

Ante las denuncias se debe actuar con mayor celeridad porque como dicen justicia que tarda no es justicia, lo que en contraparte algunos dirán la justicia tarda pero llega y usted ¿qué opina? ¿reconoció algún acosador cercano?