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April 20, 2024

Proponen que la violación de niños se pague con la pena de muerte en Florida

Fotografía de archivo que muestra la cámara de la muerte donde los presos fallecen por inyección letal. EFE/Paul Buck

Miami, 2 mar (EFE).- Dos propuestas para que se aplique la pena de muerte a los agresores sexuales de menores de 12 años fueron presentadas en el Congreso de Florida, a pesar de que van en contra de la doctrina de la Corte Suprema de EE.UU. y de la Corte Suprema del Estado, destacaron este jueves medios locales.

El senador Jonathan Martin y la representante Jessica Baker, ambos republicanos, son los promotores de las propuestas de ley, que serán tratadas en la legislatura que comenzará el 7 de marzo y antes en comisiones.

Martin y Baker argumentan que los violadores de menores “destruyen la inocencia” y trasgreden “todos los niveles de decencia de una sociedad civilizada”.

Ambos proyectos de ley plantean que un jurado podría recomendar al juez la pena de muerte para agresores sexuales de menores de 12 años si ocho de sus 12 miembros votaran favorablemente.

En caso de que fueran menos de ocho, se impondría la cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.

En Florida, para imponer a un condenado la pena capital se necesita la unanimidad del jurado, pero han surgido voces, entre ellas la del gobernador Ron DeSantis, para cambiar la ley para que baste con una mayoría simple.

En las dos cámaras del Congreso de Florida están pendientes de trámite proyectos de ley para eliminar el requisito de la unanimidad del jurado, que es acorde con la doctrina de la Corte Suprema de EE.UU., que no considera punible con pena de muerte la agresión sexual de niños.

Los altos tribunales de EE.UU. y Florida fallaron en contra de la aplicación de la pena de muerte a violadores de menores de 12 años en sendas sentencias que constituyen precedentes, según indican los medios al informar de los proyectos de Martin y Baker.

El pasado 23 de febrero se llevó a cabo la primera ejecución en Florida en casi tres años y medio.

El ejecutado fue Donald Dillbeck, que en sus 59 años había sido condenado por dos asesinatos en primer grado, el primero cometido con arma de fuego en 1979 cuando era menor de edad y otro a puñaladas en 1990.

Los obispos católicos de Florida pidieron clemencia para Dillbeck al gobernador de Florida, Ron DeSantis, un partidario de la pena capital que ha prometido explorar vías para que se pueda extender a los violadores de niños.

El expresidente Donald Trump ha reclamado también la pena capital para los traficantes de drogas.